Durante mi época laboral en Londres tuve la suerte de poder ejercer el teletrabajo de manera REAL. ¿Por qué digo real? Pre COVID-19 muchas empresas aprobaban el teletrabajo cuando se tenía una emergencia personal como hijos enfermos, cita médica o mantenimiento de la casa, pero no utilizaban el teletrabajo como herramienta para aumentar la productividad de los empleados y su salario emocional.

Pero ¿el salario puede ser emocional? Pues sí. El salario emocional son todas las retribuciones que los empleados reciben y no son económicas. Algunos ejemplos son el teletrabajo (real), horario flexible, formación y guardería.

Yo escogía hacer teletrabajo por dos motivos profesionales y dos personales

Motivos profesionales

  • Poderme centrar en proyectos que necesitaban alta concentración y hacer pruebas
  • Dedicar tiempo de calidad a mi equipo en la oficina. Para ello muchas mañanas trabajaba en casa de 7 a 9 de la mañana y después salía hacia la oficina. Esto me permitía zanjar temas prioritarios a primera hora del día, no ir estresada al trabajo, evitar la hora punta en el transporte público y estar disponible para mi equipo en la oficina.

Motivos personales

  • Ahorro de dinero, si no iba a la oficina no pagaba transporte
  • Conciliación de mi vida privada con la laboral. Gracias a tener un horario flexible podría ir a charlas durante el día, visitar competidores o ir al gimnasio a las horas que más me convenía sin dejar de trabajar las mismas horas diarias

Ahora bien, se han creado algunos falsos mitos sobre eso de trabajar desde casa, ¿te animas a destapar algunos?

Trabajamos en pijama y ponemos lavadoras todo el día

Quizá el día que no te encuentras bien y trabajas desde casa no te pones el traje, pero por norma general la gente que trabaja desde casa de cambia de ropa e incluso se ducha.

Además, no sé por qué existe el mito de que se ponen más lavadoras, ¡si de echo ensucias menos ropa!

Para mi es importante trabajar con ropa cómoda, es cierto que no visto igual cuando salgo de casa que cuando me quedo trabajando. Actualmente las marcas de ropa están lanzando homewear monísimo y super cómodo que te permite hacer videollamadas y trabajar.

Mi productividad es baja

Tanto si trabajas desde casa como en la oficina es importante organizar el día con unos objetivos medibles y alcanzables. Si tu lista tiene más de 10 cosas y tardas una hora de media en ejecutar cada una de ellas es probable que la lista no se acabe ni en casa ni en la oficina.

La productividad depende entre otros de la energía que tienes. Es más probable que tengas más energía y concentración teletrabajando que en la oficina, lo que te permite acabar más tareas.

Perdida control sobre los equipos

¿Verdad que no te irías a caminar por la montaña sin unos zapatos apropiados? Pues lo mismo pasa con el teletrabajo. Las empresas primero deben implementar el uso de herramientas para fomentar la comunicación y la gestión de proyectos antes de ofrecer el teletrabajo. Los directivos deben ser los primeros en utilizarlas y animar al resto a utilizarlas.

Hoy en día se utilizan centenares de herramientas en las empresas: CRM, incidencias técnicas, gestión de proyectos, aprobación de presupuestos o gastos… aunque la mayoría son para recaudar información y aprobar cosas y no tanto para comunicarse. Por ello es importante seleccionar una herramienta de comunicación y otra de gestión de proyectos y que se fomente el uso desde la dirección de la empresa.

Os recomiendo que el líder o manager del equipo organice una videollamada cada mañana de 20-30 minutos para repasar tareas y proyectos clave para el día, incluyendo así a las personas que no estén físicamente en la oficina y fomentar el trabajo en equipo.  

En el artículo El teletrabajo: ¿está de paso o ha llegado para quedarse? comento algunas de las herramientas que se pueden utilizar.

Trabajo más horas

Este mito no depende del teletrabajo o del trabajo en la oficina, depende principalmente de la cultura de empresa y del trabajador. Que se trabajen horas extras depende del momento en el que esté la empresa y no tanto desde donde trabaje el empleado.

De hecho, déjame ponerte un ejemplo. ¿Cuándo vas de viaje de trabajo, cuantas horas trabajas?

Miras el mail en el avión, cuando llegas al hotel haces 4 tareas importantes, después tienes visita con un cliente o reunión en la central, cuando vuelves al hotel por la tarde vuelves a mirar el mail y después sales a cenar con el cliente o compañeros.

Cuando acabes la jordana laboral, organiza el día siguiente: tareas, prioridades, llamadas, reuniones… Cuando te levantes ya sabrás como pinta el día y a qué hora deberías terminar.

Me distraigo fácilmente

A diferencia que en la oficina, en tu casa tienes el control de las distracciones. Actualmente mientras trabajo desde casa desconecto el wifi y 4G del móvil y lo dejo solo activo por si hay alguna llamada importante.

Tú escoges si pones la televisión de fondo o no, si te levantas a ver que hay en la nevera, si fumas un cigarro, si te haces otro café… pero en la oficina no escoges si te llaman por teléfono, si alguien te viene a preguntar algo, si cantas el cumpleaños feliz a un compañero o si te busca tu director por una emergencia que no es tan importante.

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Mismo razonamiento que las horas que se trabajan, depende de la cultura de empresa y del trabajador, aunque también de la posición que ocupes en la empresa. Debes poder desconectar del trabajo cuando has trabajado tus horas, pero tú como trabajador debes poner barreras.

Me aíslo

El teletrabajo no se puede implementar en todos los oficios ni es un regalo para todas las personas. Todos tenemos habilidades y características diferentes, lo que funciona para unos no tiene porqué funcionar para todos.

La empresa debe fomentar el uso de las herramientas de comunicación para asegurar una correcta comunicación entre los trabajadores tanto en la oficina como teletrabajando. Si algo nos ha demostrado el COVID-19 es que las reuniones se pueden hacer a través de videollamada.

Ahora bien, si necesitas el barbullido de la oficina no te obligues a hacer teletrabajo porqué para ti va a ser más un sufrimiento que una solución.

Como motivación final, recordad que nadie nos ha enseñado a trabajar desde casa. Nadie nos ha ayudado a desarrollar auto control ni a desarrollar una rutina en casa, tampoco hemos nacido sabiendo como utilizar todas estas herramientas que ahora parecen ser esenciales.

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